Fingíamos que amábamos el correr del vino nocturno, cuando lo que de verdad amábamos era la efervescencia de nuestro éxito. Estábamos encoñados de triunfo. Una noche se celebró una fiesta en una casa con una escalera de caracol. Su espiral nos excitaba y la subimos y bajamos, algunos dirían que la cabalgaron, una y otra vez buscando una copa, una pareja o las dos cosas. Los escalones estaban pegajosos, probablemente del «champán» o de los combinados derramados que endulzaban la espiral genéticamente mejorada en que se habían convertido nuestras vidas. Alguien aspiró cocaína de los escalones más altos y después se dejó caer. Nos pareció divertido, pero aspirar exigía demasiado esfuerzo y dejarse caer resultaba, pensándolo bien, decadente.
We pretended to loved running wine night, when what we really loved was the vibrancy of our success. We were bitter victory. One night a party was held in a house with a spiral staircase. Its spiral excited us and we went up and down, some would argue that rode over and over again looking for a drink, a partner or both. The stairs were sticky, probably from the combined champagne or sweetened spilled genetically enhanced spiral that had become our lives. Someone aspired cocaine steps higher and then dropped. Seemed fun, but expect and require too much effort and hurl oneself, thinking well, seemed decadent.
Vivíamos de los instantes,
como si fueran las viñetas
de una fotonovela,
o de una película en blanco y negro.
Todo era felicidad o desdicha.
Sin tonos intermedios.
Una cortina de humo,
aunque a él no le gustaba fumar,
sólo lo hacía para seguir el guión,
nos proporcionaba la atmósfera
necesaria para la melancolía.
Tan sólo esperábamos,
el inevitable
THE END
We lived the moments,
as if were the frames
of a photo romance novel,
or a black and white film.
It was all happiness or unhappiness.
Without intermediate shades.
A smokescreen
though he did not like smoking,
only did it to follow the script,
We provide the atmosphere
for melancholy.
Only expected
the inevitable
THE END
Éramos.
Salíamos de nuestros lugares preferidos,
de nuestras canciones.
Entrábamos en nuestras bocas
y nos deslizábamos por nuestros brazos.
Una noche nos sentamos en las escaleras mecánicas
casual y adecuadamente detenidas
para nosotros
Luego, alguien las puso en marcha
y hoy estamos aquí.
Somos.
We left our places, our songs. Entered into our mouths and we slided by our arms. One night we sat in the escalators, chance and properly stopped for us. Then someone started it again and we are here today. We are.
Atrapado en una botella, teñido de verde esperaba Ignacio, que se metió en ella para labrarse un porvenir cruzando los mares y, finalmente, ser recuperado de las olas por alguien interesado en su historia.
Hola a toda la basca del hormiguero bloguero. Soy ANTC/DC y voy a aparecer en este blog periódicamente protagonizando mi menda mi propia serie de monigotes. Compartirán conmigo el estrellato heavy de DILLY DALLY otras historias de las que ya habéis podido ver algunas viñetas que no son tan «destroy que te cagas como yo», pero no están mal del todo, tíos. La Mari, Paranoides en el Aire, Royal Thali, La Inercia de lo Inerte y alguna otra parida del Fran, que el tipo es más inconstante quel peinado de Jon Bon Jovi y tiene que estar dando saltos de un rollo a otro. Además de los curreles (que de algún sitio hay que sacar para las litronas), se metió en esto de los blog y en qué hora, macho. Cuando se pone transcendente es peor que un injerto entre Fernando Sánchez Dragó y Eduardo Punset, tío. En fin, todos esos mendas me caen bien, de verdad. Pero a mí lo que me mola de verdad es subirme al ampli y darle caña, yeah. No os olvidéis de echarle un vistazo a los temas, colegas. Por si al Fran le da por ir actualizando sus historias y paranoias. Y como decía Rosendo: «Voy a ser un chico inteligente y ya no me la van a dar nunca más. Voy a ser un poco impertinente y a caer un poco mal sin faltar. Voy a ser el enemigo disparando pan de higo ojo no te vaya a dar. Viviré como desplante apretando y to p’alante no se me podrá aguantar» (Pan de Higo).
«Dicen que su cabeza fue metiéndose entre sus hombros y, así, pasó varias semanas hasta que murió».