Bob hizo una pausa. En el fondo de la piscina, se encendió un cigarrillo y esperó a que llegara. Sin embargo, no le gustaba esperar. Lo peor de todo, era esperar. No esperar nada, dejarlo correr,que se vaya. Como el dolor de cabeza que sólo se calmaba mirando. Mirar le gustaba. Lo mejor de todo, era mirar. Mirar hasta el final. Contar y cortar metros: aproximadamente 7 cada uno. Incluso él debía tener, aproximadamente, 7 metros, aunque habría que comprobarlo, porque él intuía que era diferente, su cuerpo no era igual. Y lo haría, por eso estaba en el fondo de la piscina. Para ver si era verdad lo que le habían contado o si, por el contrario, era peor.