QUE VIENE EL LOBO DEL 2009
… Y entonces, llegó el lobo que ya nadie esperaba porque todo parecía que iba a ir bien siempre en las casas de ladrillo y en lugar de soplar y soplar como hiciera su primo, fue tocando el timbre de las casas de los cerditos con mucha educación. Todos se asomaban temerosamente a las mirillas de las puertas. En silencio, confiando en que el lobo creyera que no había nadie y pasara de largo. Y a veces lo hacía porque, en fin, presas había muchas: tantas como casas. Y colorín colorado, este cuento no ha hecho más que empezar. Y me temo que no lo acabaremos comiendo perdices, sino sardinas en lata. ¡Tanto mejor para los que tengan el colesterol alto, que no hay mal que por bien no venga!
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