DICEN QUE ES EL DIA SIN COCHES
Dicen que, en Madrid, un alto porcentaje de personas utiliza el coche particular como medio de transporte en detrimento del transporte público. Dicen que la causa de la contaminación urbana debe buscarse en el transporte rodado. También dicen que viajar en transporte público supone el doble de tiempo en los desplazamientos si lo comparamos con el vehículo propio. Dicen que, en el día sin coches, no es necesario cortar el tráfico porque esto causaría atascos innecesarios. Dicen que el uso del transporte público comporta sufrir, en verano, calor sofocante, averías y paradas de las que nadie da razones y reducción de la frecuencia de paso; en invierno, calor sofocante, averías y paradas de las que nadie da razones y huelgas. Dicen los anuncios de coches particulares que en el coche particular uno puede disfrutar de radio con mp3, aire acondicionado, seis velocidades, ordenador a bordo, callejero interactivo, dvd y un aroma a plástico nuevo durante más de un año. Dicen que la gasolina es cara, pero también dicen que el tiempo es precioso y que, si a nuestras jornadas laborales añadimos de una a dos horas en desplazamientos al lugar de trabajo, nos quedan una media de tres a cuatro horas para disfrutar en casa si durmiéramos lo que dicen que deberíamos dormir para poder ir a trabajar descansados. Dicen que mucha gente completa la falta de sueño durante sus desplazamientos en el transporte público que nos dicen que tenemos que utilizar. Dicen no se qué de que «te llevamos por dentro». Yo, también les deseo lo mismo cuando duermo en el metro.
Digan lo que digan, deberíamos de ser nosotros los que lleváramos el cambio por dentro, y el que no se apunte…. que se quede fuera!!!!
ELLOS, no serán más que lo que nosotros les dejemos ser.
Desde luego, I love my car!
XD
Al transporte público de Madrid hay que agradecerle lo que nos ofrece, pues en realidad nos ofrece tiempo: tiempo para pensar, tiempo para dormir (si llegas a sentarte), tiempo para leer (si te dejan), tiempo para escuchar música (con ruido), tiempo para oler (sobacos), tiempo para mirar (caras cansadas), tiempo para sudar o helarte… en fin, tiempo para desquiciarte.
Un viaje en transporte público es una oportunidad para los 5 sentidos, y hasta para el sexto.