BRAIN TRAINING
Giovanni olfateaba el aire advirtiendo que en él flotaba un delicioso aroma. De repente, se vió caminando por el arcén de una vía secundaria de un pueblo secundario en su secundaria vida que, en un segundo, dejó de serlo. Una luz cegadora, poco después de ver la plancha de acero dispararse del camión que circulaba delante. Esperaba en un rincón apartado de ese lugar que no es el cielo ni el infierno, en el que uno aguarda a que le den ficha. Un perro bebía de la tapa de su cabeza. También había muerto en el accidente. -«Lástima de zapatos nuevos»-. Oyó murmurar a una joven que parecía llevar allí, en espera de ser llamada, mucho tiempo. Una voluta de humo le salía del craneo. Y él supo que así sería siempre. Lo único que necesitaba, era un sombrero para tapar el agujero que, aún tratándose del la otra vida, estaba un poco fuera de lugar allí. Hasta en el purgatorio hay que guardar las formas. -«¿Quién da la vez?»- preguntó Giovanni, entrenando la voz al extraño eco del no lugar que habitaba ahora. -«Yo mismo. Y tenga cuidado con dónde inclina la cabeza, oiga»-. Le contestó un ejecutivo que tenía cara de haber fallecido de un ataque cardíaco. -«Que chorrea y me pone el traje perdido»-.
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