«Luis XIV, uno de los más destacados reyes de la historia francesa, consiguió crear un régimen absolutista y centralizado, hasta el punto que su reinado es considerado el prototipo de la monarquía absoluta en Europa. La frase «L’État, c’est moi» («El estado soy yo»)». Lamentablemente, la historia, que no se repite pero sí se recrea -y se regodea-, nos demuestra que hay muchos aspirantes a Rey Sol y que el poder parece desatar en demasiados gobernantes una megalomanía latente. Por suerte, no todos aspiramos al poder y nos conformamos con un pequeño espejo en nuestro cuartito de baño alejado en el tiempo del barroquismo o el rococó, pero que en un futuro será reconocido como el «ikeismo». Y es que si hoy existiera la guillotina sería de aglomerado y de hoja de teflón. Al menos, Luis XIV tenía estilo. Nuestra época, y nuestros políticos, no.

Foto: Marek Bernat